La madre fortuna tuvo en la tarde de ayer más trabajo de la cuenta después de dos derrumbes fortuitos que podían haber tenido consecuencias trágicas pero que finalmente se saldaron sin daños personales. El primero de los sustos se produjo en la zona de San Telmo, en la calle Beato Diego de Cádiz, cuando el techo de la vivienda del número 4 se vino abajo. Aunque en ese momento se encontraban en el inmueble un joven junto con otra persona de más edad, los dos salieron ilesos. El Consorcio Provincial de Bomberos apunta a las intensas lluvias como la posible causa de este suceso, ya que la vivienda cuenta con más de 70 años de antigüedad.
Por la tarde, el mal cuerpo se le ponía a los vecinos del entorno de la calle Prieta, perpendicular a la calle Medina, cuando la fachada de una casa abandonada se derrumbó. Afortunadamente, nadie pasaba por esa calle, sino las consecuencias hubieran sido fatales.
A diferencia del primer caso, en el que los técnicos de Urbanismo no registraron daños estructurales, el Ayuntamiento decidió ayer mantener clausurada la calle Prieta ante el riesgo de nuevos derrumbes con vistas a tomar medidas para garantizar la estabilidad del inmueble.