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La diversidad étnica y religiosa de un país afecta a su medio ambiente

Los países con diversidad étnica o religiosa invierten poco en medidas para mejorar su medio ambiente, según una nueva investigación liderada por Elissaios Papyrakis, profesor de Desarrollo Internacional de la Universidad de East Anglia (Reino Unido)

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Los países con diversidad étnica o religiosa invierten poco en medidas para mejorar su medio ambiente, según una nueva investigación liderada por Elissaios Papyrakis, profesor de Desarrollo Internacional de la Universidad de East Anglia (Reino Unido), cuyas conclusiones publica 'Environmental and Resoruce Economics'.

   Los investigadores descubrieron que la diversidad religiosa tiene un impacto más negativo sobre el desempeño ambiental que las diferencias étnicas. Estas diferencias sociales, si no se pueden superar, pueden disminuir la acción colectiva y reducir el gasto público para la protección del medio ambiente y el rendimiento.

   El doctor Papyrakis reunió datos sobre el medio ambiente, la etnia, la religión, la industria, los ingresos y la densidad de población, así como los conflictos y el control de la corrupción, de 127 países desarrollados y en vías de desarrollo y analizó qué influye en el medio ambiente de un país y la inversión en medidas de protección y si esto se relaciona con la diversidad social.

   "La fragmentación social tiene un efecto negativo en el desempeño ambiental Los países que son étnica o religiosamente diversos tienden a invertir poco en la protección del medio ambiente, incluso cuando se controla por diferencias en la actividad industrial y los ingresos, por ejemplo", afirma el también investigador senior en Vrije Universiteit, en Holanda.

   A su juicio, esto puede ser por las diferencias en las preferencias entre los grupos diversos y a menudo concentrados geográficamente, por etnia o religión sobre las medidas ambientales que deben ser introducidas, cuándo y dónde.

"Por ejemplo, el gasto público para instalaciones de tratamiento de residuos o la reforestación pueden convertirse en temas especialmente polémicos cuando los diferentes grupos étnicos o religiosos no se beneficien por igual", afirma el investigador.

   Así, explica que incluso cuando las preferencias sobre lo que debe hacerse no son muy distintas, diferencias de idioma y cultura pueden impedir la comunicación y la acción colectiva. "Si estas diferencias no pueden ser superadas, la inversión no se hará y no se tomarán acciones positivas", afirma Papyrakis.

   Los datos analizados en esta investigación corresponden al periodo comprendido entre 1960 y 2006 y el medio ambiente se midió utilizando datos sobre el daño monetario (en porcentaje del PIB) correspondiente a las emisiones de un país de dióxido de carbono y la dependencia del consumo de energía limpia o renovables, como hidráulica, geotérmica, nuclear y solar.

   El doctor Papyrakis también tuvo en cuenta el ahorro neto ajustado del país, una medida de desarrollo sostenible que se parece a la verdadera tasa de ahorro en una economía después analizar las inversiones en capital humano, el agotamiento de los recursos naturales y los daños causados por la contaminación.

   Aunque varios factores influyen en el rendimiento ambiental al mismo tiempo, la diversidad étnica y religiosa sólo puede explicar una parte sustancial de las diferencias observadas en el desempeño ambiental entre los países. Por ejemplo, un país étnicamente fragmentado como Tanzania invierte un 11 por ciento menos para el futuro (ahorro neto ajustado) en comparación con otros países subsaharianos africanos, como Madagascar, que son étnicamente similares.

   Algunos de los peores medio ambientes, dado su nivel de desarrollo económico, se encuentran en naciones fragmentadas, bien étnica o religiosamente, como China, República Democrática del Congo, Angola y Emiratos Árabes Unidos.

   Estados Unidos, con una gran diversidad étnica y Reino Unido también presentan unos resultados muy inferiores en términos de ahorro neto ajustado (un 2,92 por ciento del PIB y un 13,88 por ciento en 2005, respectivamente), mientras más alto es en términos de daño atribuido a las emisiones de CO2 (0,344 por ciento del PIB y 0,178 por ciento en 2005, respectivamente) en comparación con economías escandinavas, como Dinamarca (ahorro neto ajustado del 13,88 por ciento y daño por CO2 del 0,13 por en 2005).

   El doctor Papyrakis cree que los hallazgos tienen importantes implicaciones en la política. "Los responsables políticos deben promover la acción colectiva y la comunicación entre los diferentes grupos, reconociendo que la inversión para el beneficio público a menudo requiere un amplio consenso social y la solidaridad", afirmó.

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