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Más allá de nuestras fronteras

Los jóvenes portuenses destacan la gran oportunidad que ofrece la beca Leonardo, que permite realizar prácticas profesionales

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  • EN ITALIA -

"Es una experiencia única que recomiendo a todo el mundo y que volvería a repetir sin dudarlo ni un momento”. De esta forma se ha expresado una joven portuense que el pasado año disfrutó de la Beca Leonardo. Un programa que, desde sus inicios – hace ya ocho ediciones –, ha enviado al extranjero a unos 200 portuenses y que otorga la posibilidad de realizar prácticas en empresas, fuera de las fronteras españolas. Lisboa, Burdeos o Florencia, son algunos de los destinos de esta beca y han sido lugar de residencia de nuestros protagonistas.

“La palabra que definiría a esta experiencia sería formativa, porque te tienes que desenvolver en una ciudad que no es la tuya, con otro idioma, con otras costumbres, pero la verdad es que esto te abre la mente y, en formación, aprendes técnicas que quizá no se utilizan aquí y un modo de trabajar distinto”, cuenta Eugenia Lara, licenciada en Bellas Artes y que pasó su estancia de beca en Italia. Y es que, la experiencia profesional se convierte en uno de los pilares fundamentales el máximo reclamo para aquellos que solicitan la beca. “Es una oportunidad para formarte que, si te la ofrecen, la tienes que agarrar, aunque se hace un poco corta, yo añadiría alguna semana más”, cuenta Jessica Armesto, licenciada en Empresariales, que pasó su estancia en Portugal.

Del mismo modo, estos jóvenes puntualizan la libertad y confianza que les otorgaban las empresas para desempeñar sus tareas. “Trabajé en un estudio de arquitectura y el jefe confiaba mucho en mí, además, lo que yo hacía era el proyecto real y eso era muy positivo, pensar que lo que estabas haciendo iba a ser luego la realidad”, cuenta la diseñadora de interiores, Rebeca Villar, que también estuvo en Italia. A algunos, además, las prácticas les vinieron, como anillo al dedo. “Soy técnico superior de vitivinicultura y me interesaba irme a Francia por el tema del vino. Estuve en Burdeos, en una de las mejores bodegas de vino del mundo y realizaba labores de filtraciones, preparaciones para embotellados, todo lo que es la labor de una bodega”, explica Alejandro Narváez.


Sin embargo, para poder desenvolverse con facilidad en el trabajo, es primordial dominar el idioma del país de destino. “Yo jugaba con ventaja, porque mi madre es francesa, entonces por ahí lo tenía más fácil, además de que mi preferencia era ir a Francia”, apunta Alejandro. En este ámbito, suele haber de todo: aquellos que ya tienen una base previa debido al Erasmus y otros que, en contra, nunca habían salido de España. “El italiano ya lo tenía más o menos aprendido, y la verdad es que me resultó fácil integrarme, no tuve periodo de formación y en las dos empresas en las que estuve, tanto en la galería de arte como en la empresa de restauración, me decían lo que tenía que hacer y yo hacía lo que fuera”, relata Eugenia. En contra, Jessica cuenta que era su primera vez “fuera de casa”. “Me fui prácticamente sin saber nada de portugués, pero ahora lo manejo bastante bien, hice amistades y han venido a visitarme en verano, además, mantengo el contacto con ellos y me siguen ayudando y corrigiendo”.

No obstante, y pese a la gran experiencia que aporta este programa, no garantiza que cuando los jóvenes vuelvan puedan conseguir un trabajo. De hecho, la mayoría de  ellos cuentan que desde que finalizara la beca, únicamente han podido trabajar puntualmente, y muchas veces, ni siquiera de lo suyo. En este sentido, la mayoría de los jóvenes que han disfrutado de las becas Leonardo expresa su deseo de marcharse fuera de España, ya que, consideran, que pueden aumentar sus posibilidades laborales.

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