Así lo anunciaron ayer la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras la firma del acuerdo para proceder a esta señalización y que forma parte del plan para el tratamiento de los TCA, al que se destinarán 1.200 millones de euros en actuaciones que se ejecutarán hasta 2012.
Tras la firma de este acuerdo, el Ministerio del Interior comenzará a trabajar con la terminología usada por Fomento y la UE de los TCA, en lugar de los denominados puntos negros, que no tienen en cuenta el flujo de vehículos y cuya longitud es inferior a un kilómetro, la extensión que al menos tienen los tramos de concentración de accidentes.
Algunos puntos negros están localizados en los TCA, pero no todos, según dijo Rubalcaba, quien incidió en que no se van a “olvidar” de los primeros, aunque poco a poco la terminología de los tramos de concentración de accidentes sustituirá a la anterior.
Interior animará a que todas las Administraciones Públicas trabajen con esa metodología y ello obligará a examinar además las carreteras de las Diputaciones y las Comunidades para hacer un mapa del estado de los TCA.
Desde ayer al mediodía, tres de estos tramos, ubicados en Alicante en la N-332, ya están señalizados, pero en 314 ya están en marcha actuaciones para su mejora, entre ellas la modificación del trazado en planta y alzado, adecuación de intersecciones y reordenación de accesos, instalación de barreras de seguridad, mejoras en el firme, además de otras medidas como iluminación y semáforos.
Estas actuaciones se circunscriben a la RCE, que supone el 15,7% de los 166.216 kilómetros de la longitud total de la red de carreteras existente en España.
De la red del Estado, el 40% son autopistas y autovías y el resto son carreteras convencionales.
Mientras se acometen las actuaciones previstas en el plan para la mejorar de los 776 tramos negros, que afectan al cinco por ciento de la RCE (1.300 kilómetros), se señalizarán algunos de estos tramos y se instalarán dispositivos de control de velocidad.
Dentro de un mes habrá un listado inicial con los tramos que deben ser señalizados y controlados, y tendrán prioridad los que registren un mayor número de accidentes, en los que la velocidad sea un factor concurrente en la siniestralidad y los que requieran más tiempo para su mejora.
La nueva señalización se ubicará en el principio y final de los TCA y reflejará su longitud para que los conductores circulen con precaución en ese tramo.
La Dirección General de Carreteras, que cada cuatro años identifica los TAC, será la responsable de la colocación de las señales y los radares, mientras que la DGT lo será de su mantenimiento y explotación.