Desde que en 1962 un matrimonio, decidió abrir un snack-bar en la calle Asunción, mucho ha cambiado la ciudad. En esos años, Sevilla contaba con una pequeña colonia de militares estadounidenses procedentes de la base militar de Morón de la Frontera. Uno de esos militares decidió abrir junto a su esposa un local para que se reunieran los americanos y, así, contar con unos ingresos extra. El restaurante salió a flote gracias a la ayuda de toda la familia.
Los inicios fueron difíciles, ya que el restaurante difería de los otros negocios que existían en la capital. “El local era como un tabú. La gente tenía curiosidad y miraba, pero no se decidía a entrar. Para muchos era un terreno americano”, recuerda Robert Hahm, hijo de los dueños de la cadena.
A comienzos de los años 80 la base de Morón de la Frontera entró en declive y fue entonces cuando la nacionalidad de la clientela fue cambiando y se fueron incorporando nuevos platos a la carta. Las típicas hamburguesas y perritos calientes fueron compartiendo escenario con las pizzas de carne o de chorizo. Platos muy básicos que con el paso del tiempo fueron ampliando ingredientes.
El negocio fue creciendo poco a poco. Primero, con una ampliación del restaurante de la calle Asunción y, posteriormente, con la apertura de otros locales repartidos por la provincia. En 1991 se produjo la apertura de su segundo restaurante, situado en Reina Mercedes, y a partir de ahí otros cuatro locales más han sido abiertos en Viapol, Sevilla Este, Mairena del Aljarafe y Bormujos.
Actualmente, Sloopy Joe’s cuenta con una plantilla de más de 200 trabajadores que forman parte del éxito de estos locales. “Mis trabajadores están muy comprometidos con la empresa y por experiencia sé que a la clientela le gusta ver a los mismos empleados cuando vienen a comer”, sostiene Robert Hahm.
Sorteando la crisis
Para sortear la crisis, Sloopy Joe’s ha propuesto nuevos menús adaptados a los bolsillos de los clientes pero sin dejar en ningún momento de lado la calidad de sus productos. “La crisis se nota porque el público quiere salir pero con limitaciones. El que antes salía tres veces, ahora sale una y encima tienes que tener la suerte de que esa vez vayan a tu casa”, afirma el empresario.
En los próximos años la cadena prevé abrir otros restaurantes en Sevilla capital y en algunos de los pueblos colindantes. Pero, sin duda, el gran reto de esta familia será la apertura de un local en Madrid. Esto supondrá la salida de Sloopy Joe’s a otra ciudad diferente y, por ello, Robert y su hermano tendrán que hacer frente a un nuevo tipo de mercado, con clientes nuevos. “Los negocios son volátiles, los tienes y se pueden ir. Yo sé hacer esto y, por eso, quiero ser el mejor. No me da miedo invertir el dinero, porque siempre vuelve”, afirma Robert Hahm.
Además, la cadena cuenta con su propia envasadora de alimentos, que abastece a todos los locales y que en los próximos meses se trasladará a una nave mayor para atender a los futuros negocios que se irán abriendo.