Ya en 2006, el delegado provincial de la Consejería de Cultura, Bernardo Bueno, reconocía el valor patrimonial de las ruinas de la muralla romana de Gerena, en el marco de unas excavaciones arqueológicas entonces promovidas por la Administración autonómica. Los vestigios del recinto amurallado, en concreto, se remontan al siglo I de la presente era y suman aproximadamente 120 metros de muros que llegan a alzarse hasta dos metros, si bien buena parte de las ruinas están camufladas entre las edificaciones del casco histórico.
TORREÓN OCULTO EN UN CORRAL
Entre estas ruinas, de hecho, destacan los restos de un torreón que, hasta su adquisición a manos de la administración pública, había estado integrado en un corral de aves. La muralla romana de Gerena, de cualquier modo, está declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y forma parte del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
Dado que ya en 2006 las autoridades anunciaban la recuperación de estas murallas con iluminación artificial, rotulación informativa y un mirador, la junta de gobierno del Ayuntamiento de Gerena aprobó en septiembre y noviembre de 2010 los documentos técnicos relativos al proyecto bautizado como "Puesta en valor de los restos del recinto amurallado y obras complementarias de urbanización. Segunda fase", comprometiendo también la elevación de esta actuación a la Comisión provincial de Patrimonio Histórico.
ALTERACIÓN "IRREPARABLE"
A partir de ahí, el pasado 1 de julio, los concejales independientes de Gerena entregaron en la Delegación provincial de la Consejería de Cultura un escrito en el que reclamaban al departamento de Bernardo Bueno que aclarase si las obras impulsadas por el Ayuntamiento sobre la muralla romana habían sido previamente autorizadas, como es preceptivo, por la Comisión provincial de Patrimonio Histórico.
Y es que, según señalan los independientes en este documento con sello de entrada en la citada administración y recogido por Europa Press, tales trabajos "están alterando irreparablemente el carácter de la muralla, con la construcción de una especie de mirador que nada tiene que ver con lo primitivo, utilizando ladrillos, revestimientos de color y materiales claramente inadecuados con el entorno".
"La rehabilitación del patrimonio no puede obedecer a caprichos personales ni a ocurrencias", avisan los concejales en su escrito, en el que también avisan de la posible elevación del asunto a la Fiscalía de Medio Ambiente, Urbanismo y Patrimonio Histórico. Dada la ausencia de respuesta por parte de la Delegación provincial de la Consejería de Cultura, IPGE ha reiterado su petición en un nuevo escrito entregado el pasado 8 de septiembre.