Según ha constatado Efe, varios de los acampados han formado una cadena humana para transportar enseres de madera, como palés y mesas, hasta los vehículos del Servicio Especial de Limpieza Urgente (Selur), organismo del Ayuntamiento de Madrid que colabora con los indignados, para garantizar así su reciclaje.
Se prevé que la operación de limpieza, que comenzó a las 11.00 horas, se prolongue durante todo el día, aunque los carteles y pancartas más visibles que han acompañado a los indignados durante 26 días, prácticamente han desaparecido del kilómetro cero de la capital.
Tras adecentar la marquesina acristalada que da acceso a la estación de Metro y de Cercanías de Sol, los jóvenes han comenzado a retirar la cartelería que habían colgado en la fachada de un edificio en rehabilitación situado entre las calles del Carmen y Preciados.
Luego le tocará el turno a las carpas y a las tiendas que, de forma permanente desde el pasado 17 de mayo, han dado cobijo a los indignados.
Una de ellas acogía este mediodía debates espontáneos entre los mayores del lugar sobre política, economía e incluso la idoneidad, o no, de esta protesta.
Según un portavoz del Movimiento, las labores de limpieza y de desmantelamiento se suceden "a un ritmo alegre" y salteadas de actividades lúdicas para que la recogida sea participativa.
La gente, ha continuado este portavoz, "está muy contenta por el paso que estamos dando para seguir creciendo e ir a otros lugares", aunque en la Puerta del Sol se mantendrá "un punto de información".
"Éste es un movimiento abierto" y "la ciudadanía debe saber dónde estamos para seguir haciendo propuestas y creando cosas", ha dicho, tras insistir en que la intención del Movimiento 15-M es continuar trabajando, evolucionando y aprendiendo en barrios y municipios.
"Nos movemos para expandirnos", ha subrayado este portavoz, que ha recordado que la asamblea celebrada anoche decidió no apoyar a quienes, a título individual, decidan quedarse en la Puerta del Sol.
Ello, sin embargo, "no significa que no seamos un movimiento sensible y solidario", ha puntualizado.
El propósito es organizar una acampada itinerante que, a día de hoy, ya cuenta con una comisión que ahora deberá decidir "el cómo y el dónde se va a actuar".
A primera hora de la tarde eran muchos los curiosos y turistas que comprobaban 'in situ' las tareas de desmontaje del campamento.
Uno de los jóvenes que se afanaba en limpiar la estación de Cercanías, David, de 34 años y con trabajo, aseguraba a Efe que, aunque en un principio le daba "pena" que se levantara la acampada, hoy ve "positivo" su traslado a los barrios.
Entre tanto, un compañero apostillaba que "no será lo mismo si el movimiento no se mantiene aquí".