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'Un momento en la historia de la pintura', 33 cuadros del portuense Enrique Ochoa

El artista de El Puerto Enrique Ochoa fue amigo de Picasso, García Lorca, Alberti, Rubén Darío o Andrés Segovia

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  • INAUGURACIÓN EXPOSICIÓN ENRIQUE OCHOA. -

El Hospitalito acoge hasta el 3 de noviembre la exposición “Un momento en la historia de la pintura”, que muestra 33 cuadros del portuense Enrique Ochoa (1891 – 1979), y una extensa obra gráfica, pertenecientes a la colección de José Manuel Estévez Ortega, incansable estudioso y coleccionista de la obra de Ochoa, que la cede temporalmente al efecto.

El teniente de alcalde de Patrimonio Histórico, Enrique Iglesias, ha inaugurado la iniciativa, que ofrece el estilo personal de este emblemático artista, creador de unos temas y un estilo personal que le llevará a evolucionar hacia una pintura personal, libre y vanguardista.

Iglesias, quien agradeció muy enfáticamente a José Manuel Estévez la cesión temporal, recordó cómo desde el Museo Municipal se ha dado a conocer en numerosas ocasiones el trabajo de Enrique Estévez Ochoa, conocido artísticamente como Enrique Ochoa, un pintor que, pese a marcharse de El Puerto junto a su familia desde muy temprana edad, ha sido reconocido y muy valorado artísticamente en la ciudad donde nació, pues lo han posibilitado el empeño y vinculación de su familia y de la Fundación Enrique Ochoa con El Puerto de Santa María.

De esta forma, a través de diferentes actos a lo largo de los años, se ha dado a conocer en su ciudad natal a este ilustre y polifacético creador, conocido como “El Pintor de la Música”, difundiéndose así importantes donaciones de su obra al Ayuntamiento por parte de sus familiares, de la mano de su nieto José Francisco Estévez Rodríguez, Presidente de la Fundación Pintor Enrique Ochoa.

Iglesias afirmó que la Concejalía de Patrimonio Histórico apuesta y fomenta iniciativas como esta, que permiten poner en valor la relevancia de la obra de Ochoa, acercándola así a la ciudadanía, portuenses y visitantes, en una muestra donde se representan muy bien su obra gráfica y pictórica y su evolución.

El Jefe de Servicio de Patrimonio Histórico, Juan José Delgado, expuso que los cuadros abarcan retratos femeninos, escenas marineras, paisajes o motivos abstractos y surrealistas, en una panorámica que también incluye un retrato de Calderón de la Barca y otro del torero Raphael. Delgado elogió en Ochoa su dominio de técnicas tan diversas como témpera, acuarela, pastel o grisalla y refirió que los asistentes encontrarán también ilustraciones en revistas como “Nuevo Mundo”, “La Esfera” o “Blanco y Negro” y para ediciones de autores como Blasco Ibáñez (“Sonnica La Cortesana”), Espronceda (“Obras poéticas”) o Tolstoi (“Placeres viciosos”). 

Por su parte, José Manuel Estévez Ortega agradeció al Ayuntamiento la cesión del espacio para la iniciativa, apuntando su intención de seguir colaborando con el Consistorio y “dar visibilidad a Ochoa para situarlo donde le corresponde en el mundo de la pintura”. Estévez explicó que se enamoró de su obra hace 15 años y que desde entonces ha ido adquiriendo sus producciones, pretendiendo disponer de su recorrido, en un camino para el que aún quedan unas lagunas.  

La muestra puede contemplarse de martes a viernes de 10:00 a 14:00 horas y sábados, domingos y festivos de 11:00 a 14:00 horas, disponiéndose también, hasta el 11 de septiembre, de la posibilidad de visitarla los miércoles por la tarde, de 19:00 a 21:00 horas. Los grupos pueden acceder previa reserva. La entrada es gratuita.    

Desde la Concejalía de Patrimonio Histórico reseñan que la inquietud artística que muestra en su obra el portuense Enrique Ochoa queda patente en el extenso legado que ha dejado para la Historia del Arte Contemporáneo. Una obra tan variada y singular que nos permite vislumbrar una inquietante personalidad.

Trabajador incansable en la búsqueda de nuevas formas y en la constante experimentación de disciplinas y técnicas que llegó a dominar con notable maestría, llegó a convertirse en un pintor reconocido, costumbrista, retratista y uno de los más destacados ilustradores del siglo XX, lo que le permitió colaborar en las mejores revistas de su época.

Un artista que ha sido comparado con los pintores prerrafaelistas e identificado con el surrealismo, el arte abstracto y el gestualismo americano, pero con sello propio, ya que su producción artística nos lleva de vuelta al Renacimiento. A su vez, su obra es todo un alegato a la modernidad y a la vanguardia, una constante innovación que le condujo a dominar todo tipo de recursos artísticos y técnicas. Todo ello lo plasma en temáticas que se mueven entre sus pinturas de temas religiosos, el retrato y la creación de la imagen de la mujer sofisticada y elegante. El tema de la mujer llegó a convertirse en el centro de su producción artística, una idea de mujer a la que idealiza, la dota de una estética, convirtiéndola en una imagen muy personal. Se le conoce también como “El pintor de la mujer”, haciéndose referencia a “las mujeres de Ochoa”, imágenes femeninas que evolucionan desde el realismo a las vanguardias y la abstracción.

Enrique Ochoa fue amigo de Picasso, García Lorca, Alberti, Rubén Darío o Andrés Segovia. De formación e inquietud humanista, se apasionó por la historia, la mitología, la música y la poesía, plasmando su mundo interior en su serie “Plástica musical”. Desde la Cartuja de Valldemosa (Mallorca), donde se retiró y vivió entre los años 1940-1948, creó su pintura más interiorista, recluido en la celda número 4 de la Cartuja de Valldemosa, la misma en la que llegó a estar Federico Chopin. Ochoa plasmó el sonido que le evocaban las composiciones de los grandes maestros en lienzos de un cromatismo exultante, una obra tan apasionada en la que se atreve a inmortalizar la música en un lienzo, por lo que es conocido como “El pintor de la música”.

Con más de 2.000 ilustraciones publicadas en libros y revistas, Ochoa contribuyó a configurar la imagen de toda una generación de narradores en el primer cuarto del siglo XX.

La dirección de la exposición corresponde a Juan José Delgado Aguilera, el discurso expositivo a Miguel Ángel Caballero Sánchez, la difusión y pedagogía a Consuelo Ramírez Castro, los textos y contenidos a María del Mar Villalobos Chaves, la logística a Francisco Natera Turrillo y la administración a Concepción Tobío Llinares.
 

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