Alencar murió a causa del agravamiento de una obstrucción intestinal y de una peritonitis, complicaciones surgidas a raíz de su enfermedad, en el hospital Sirio-Libanés de la ciudad paulista, donde estuvo ingresado numerosas veces en el último año.
Poco antes del óbito, uno de los integrantes del equipo médico que atendía al exvicepresidente, Raul Cutait, aseguró que Alencar estaba sedado y añadió que se estaba "preparando para descansar".
El exvicepresidente luchaba contra el cáncer desde 1997, lo que le obligó a pasar 17 veces por el quirófano y el pasado 9 de febrero fue ingresado nuevamente en el Sirio-Libanés debido a una perforación intestinal.
Nacido en Muriaé, en el estado de Minas Gerais (sudeste) el 17 de octubre de 1931, Alencar, miembro del Partido Republicano Brasileño (PRB), ocupó la Vicepresidencia de la República entre 2003 y 2010, durante los dos mandatos presidenciales de Luiz Inácio Lula da Silva.
Próspero empresario y propietario del grupo textil Coteminas, un imperio económico expandido por varios países americanos que da empleo a 16.000 personas, el político brasileño compartió a partir de 2006 el cargo de vicepresidente con el de ministro de Defensa, carrera que abandonaría dos años más tarde.
Esa tradición empresarial fue la que en 2002 llevó a Lula, entonces un sindicalista visto con desconfianza por los mercados, a escogerle como compañero de fórmula para la candidatura presidencial y simbolizar una alianza de la izquierda con los empresarios.
Desde que se le detectó la enfermedad, Alencar se sometió a numerosos tratamientos para superar el cáncer que padecía, pero nunca se obsesionó con su salud porque, según dijo en una ocasión, "la muerte es un fenómeno de la vida".
"Todos los que nacen van a morir un día. Y yo también voy a morir un día" dijo en 2009 tras serle diagnosticado un sarcoma en el abdomen.
Para superar su enfermedad, el exvicepresidente se refugió en sus profundas convicciones religiosas e incluso llegó a manifestar que estaba "entregado a Dios".
Las sesiones de quimioterapia y las hospitalizaciones fueron su rutina en los últimos trece años, en los que debió someterse a 17 operaciones para tratar la enfermedad.
Apasionado por la política, pensó en postular al Senado o a la Gobernación de Minas Gerais en las elecciones de octubre de 2010, pero el constante deterioro de su salud lo obligó a desistir de una nueva candidatura.
La agresividad del cáncer le impidió asistir el 1 de enero a los actos de investidura de Dilma Rousseff como presidenta, pero la mandataria y Lula lo visitaron varias veces.
Su último acto público fue el pasado 25 de enero, cuando recibió de la ciudad de Sao Paulo la "Medalla 25 de enero", en un homenaje al que asistió Rousseff.
Al recibir el galardón, Alencar dijo que ya podía "morir tranquilo y feliz", y manifestó que nunca pensó que tantas personas se "movilizaran" por su recuperación.
Alencar estaba casado con Mariza Campos Gomes da Silva hace 45 años y deja tres hijos y varios nietos.