Un estudio que ha contado con la participación de doctor de la Universidad de Cádiz (UCA), Juan Moreno Gutiérrez, y la directora de la Escuela de Ingenierías Marina, Nautica y Radioelectrónica también de la UCA, Vanessa Durán-Grados, señala que urge tomar las medidas pertinentes para que se realice un inventario de emisiones y una cuantificación de concentración de contaminantes en la atmósfera procedentes del transporte marítimo en el Estrecho de Gibraltar, así como un estudio epidemiológico de la zona.
Según han explicado los autores en un artículo publicado en la revista 'Marine Pollution Bulletin', recogido por Europa Press, se puede comprobar como el Estrecho de Gibraltar es la zona que "mayores problemas acarrea en cuanto a contaminación atmosférica se refiere". "Todo esto, sin tener en cuenta las emisiones que provienen cuando los barcos están atracados, máxime si se tiene en cuenta que la maquinaria portuaria produce el 50% de las emisiones totales del Puerto".
Así, en el artículo publicado por el profesor Moreno y la profesora Durán se pone de manifiesto el alto beneficio que supondría en lo que a reducción de emisiones se refiere declarar el Estrecho de Gibraltar como zona de Control Ambientas (ECA).
En este sentido, recuerdan que entre el 80% y el 90% del comercio mundial se realiza por transporte marítimo, ya que al ser una forma eficiente de energía en comparación con el transporte por carretera y aéreo es una razón importante para su uso masivo. Una de las consecuencias de este uso masivo se traduce en que el mayor consumidor de combustible en la industria del transporte sea el transporte marítimo internacional.
Así, recuerdan que la Organización Marítima Internacional (OMI) afirma que los buques consumen aproximadamente 300 millones de toneladas de combustibles fósiles al año, por lo que la alta cantidad de consumo de combustibles fósiles conduce a una alta cantidad de emisiones.
Además, en este sentido, indican que actualmente el 72% del consumo de combustibles fósiles es fuelóleo pesado (HFO), el 26% es gasóleo marino (MDO) y el 2% es gas natural licuado (GNL), y añaden que la cantidad de combustible consumido provoca directamente tanto gases de efecto invernadero (GEI) contaminantes del aire que influyen en el cambio climático como emisiones reguladas, óxidos de nitrógeno (NOx), óxidos de azufre (SOx), y partículas (PM) que influyen en la salud humana.
Según los estudios realizados, y reflejados por los profedores en su artículo, el transporte marítimo es responsable de alrededor del 3,1% del total de emisiones de CO2 en todo el mundo y si no se adopta ninguna medida para mitigar las emisiones del transporte marítimo, se espera que aumente en un 150-250% de las emisiones para 2050.
Por ello, concluyen que la mitigación de las emisiones nocivas de gases de escape del transporte marítimo sigue siendo un desafío para la industria.
La profesora Vanessa Durán-Grados, actual directora de la Escuela de Ingenierías Marina, Náutica y Radioelectrónica de la UCA y el profesor Juan Moreno-Gutiérrez, acreditado como profesor emérito, han publicado varios artículos en revistas como Energy, Environment International, Science of the total Environment y Marine Pollution Bulletin recientemente.
Recientemente, en mayo de este año, publican como únicos autores en la revista Marine Pollution Bulletin en el aplican un nuevo modelo a todo el tráfico marítimo del Estrecho de Gibraltar (más de 110.000 tránsitos) con el objetivo de demostrar las ventajas medioambientales que se obtendrían en el caso de declararlo como zona de control ambiental (ECA), zona en las que las emisiones de los compuestos nocivos para la salud humana como son los óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y partículas están limitados.
En los estudios de calidad del aire realizados por ambos profesores se ponen de manifiesto la gran importancia que ejercen las emisiones procedentes del transporte marítimo en la calidad del aire. Concretamente, se desarrolló un estudio junto con la Universidad de Oporto y el Instituto de Meteorología finlandés y se aplicó a toda la Península Ibérica como punto central en la conexión del tráfico marítimo entre América, África y el resto de Europa, publicado en la revista Atmospheric Chemystric and Physic en agosto de 2020.
Las concentraciones más altas se encontraron en el Estrecho de Gibraltar y en la parte del Mediterráneo próxima a las costas africanas, por lo que ponen de manifiesto el alto beneficio que supondría en lo que a reducción de emisiones se refiere declarar el Estrecho de Gibraltar como zona de control ambiental.