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Cádiz

“Me veo en la calle con mi hija de diez años; no quiero que pase por eso”

El desesperado llamamiento de una madre para evitar que la desahucien este martes de su casa de alquiler en Suárez de Salazar

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Escaleras de acceso intransitables.

Interior de ma vivienda.

  • Trabajadora del servicio de limpieza en los colegios, lleva un año sin pagar alquiler por el mal estado del inmueble y sus problemas de humedad
  • Pide una vivienda "que pueda pagar" o que el casero le arregle todos los desperfectos. "En la prehistoria vivían mejor que yo aquí", se queja

Sumida en un llanto, desesperada y sin saber a quién acudir para evitar quedarse en la calle. Así se mostraba ayer Susana Carmona, una vecina de Cádiz, trabajadora del servicio de limpieza en los colegios públicos, cuando en el juzgado le confirmaron que hoy a las 10.00 horas tendrá que desalojar el piso en el que vive de alquiler con su hija de diez años desde hace tres años. Situado en Suárez de Salazar, en el centro de Cádiz, los problemas de humedades y el mal estado del inmueble “con boquetes, grietas y cucarachas” que lleva reclamando desde diciembre 2021, motivaron que hace un año dejara de pagar los 350 euros de alquiler a su propietario, que vive en Sevilla.

“Me decía que iba a mandar a un albañil a arreglar la casa, pero nada, incluso hace poco estuvo aquí la Policía y Bomberos por una caída de un vecino mayor y comentaron que esto no está en condiciones para que viva nadie”, relata sin poder contener las lágrimas cuando habla de su hija, que tiene problemas de alergia que se han visto agravados por esta situación. “En Procasa me dicen que me van a llevar a un hostal o a un albergue; no quiero hacer pasar por eso a mi hija, yo estoy trabajando pero no quiero mendigar una vivienda, necesito una casa que pueda pagar y los alquileres están de 500 euros para arriba”.

Madre e hija viven solas, con poco más de 900 euros al mes, pero se niega a pagar los 350 de alquiler de la que es todavía su casa hasta que el casero no realice los arreglos necesarios para vivir dignamente. “En la prehistoria vivían mejor que yo aquí, pero yo no quiero meterme en un albergue, estoy mal pero estoy en mi casa, que me den una vivienda de ese precio, pero que no me hagan pasar por ese mal trago, que sé que en Cádiz hay un montón de viviendas vacías”, señala.

Ella misma le trasladó su caso al alcalde, José María González, en las Olimpiadas Escolares, allí le habló de las más de 5.000 inscripciones activas del Registro Municipal de Demandantes de Vivienda Protegida del Ayuntamiento de Cádiz. “No me dio ninguna solución. ¿Y él era el alcalde que estaba contra los desahucios? Yo me veo en la calle con mi niña”, lamenta mientras cruza los dedos para que la orden de lanzamiento, que ya se aplazó hace un mes, no se lleve a efecto.

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