Así, los bonos españoles a diez años llegaban a ofrecer una rentabilidad del 4,33% al cumplirse la primera hora de negociación, mientras que el rendimiento del 'bund' germano se situaba en el 2,60%.
Por su parte, la prima de riesgo demandada por los inversores a la deuda pública a diez años de Italia, la mayor economía de la periferia de la zona euro, marcaba también máximos desde principios de mayo al situarse en 155 puntos básicos.
Por otra parte, el coste de los seguros de crédito frente a impagos (CDS) de la deuda española subían hasta los 239 puntos básicos, lo que implica un coste anual de 239.000 euros por cada diez millones de emisión, frente a los 199.000 del anterior cierre.
La agencia de calificación Fitch rebajó el pasado viernes el rating de España en un escalón, desde 'AAA' a 'AA+', con perspectiva "estable" por los efectos que tendrá sobre el crecimiento de la economía a medio plazo el proceso de ajuste de la deuda privada y externa.
Asimismo, el BCE informaba ayer de que había destinado hasta el pasado 28 de mayo un total de 35.000 millones de euros a la adquisición de deuda pública de los países miembros de la zona euro, lo que supone un incremento semanal de 8.500 millones, aunque constata una marcada desaceleración del programa de compras de bonos gubernamentales por parte de la entidad.
En concreto, el BCE inició la compra de bonos gubernamentales con la adquisición de 16.500 millones de deuda pública en los mercados secundarios, mientras que la semana siguiente adquirió 10.000 millones de euros.
Esta desaceleración de las compras de bonos soberanos se produce entre las cada vez más explícitas críticas al programa mostradas por algunos de los pesos pesados del banco central, ya que el presidente del Bundesbank y máximo candidato a suceder a Trichet al frente del BCE, Axel Weber, quien en su momento votó en contra de la medida, afirmó ayer en un discurso pronunciado en Maguncia que la entidad debe "limitar claramente" estas adquisiciones por el riesgo que pueden suponer para el objetivo de garantizar la estabilidad de precios.
En este sentido, el otro candidato a suceder a Trichet en la presidencia del BCE, el italiano Mario Draghi, presidente del Banco de Italia, instó al BCE a abandonar el programa de compra de deuda pública "tan rápidamente como sea posible".
Por contra, y como muestra de la división existente en el seno del BCE, el presidente de la institución defendía hoy nuevamente la independencia de la institución, así como las medidas adoptadas, sin las que los mercados "habrían amenazado las perspectivas favorables para la estabilidad de precios".