A finales de octubre, Juan Manuel, delegado de CCOO en la UTE EysaAluvisa, concesionaria de los servicios de mantenimiento de los semáforos del Ayuntamiento de Sevilla, recibió un burofax de la empresa notificándole una falta muy grave. Un detective contratado por la UTE había seguido al trabajador y lo había fotografiado y grabado, acusándolo de “hacer deporte estando de baja laboral”. Un mes después, el trabajador recibió un nuevo burofax comunicándole su despido.
Y es que la empresa alegó que hacía un “esfuerzo injustificado”, sin tener en cuenta que Juan Manuel contaba con una serie de informes por parte del traumatólogo, desde hacía cuatro años, que le recomendaba montar en bicicleta y nadar para reforzar su rodilla mientras esperaba una futura operación.
Persecución y justicia
Para este representante sindical de CCOO, las razones del despido son otras: “Desde que fui elegido delegado sindical, la persecución por parte de la empresa no ha cesado y han aprovechado unas fotos sacadas de contexto para ir a por mí”.
El trabajador puso su caso en manos del Sindicato Provincial de Industria de CCOO de Sevilla, que le fue asesorando durante todo el proceso. Para él lo importante era que se hiciera justicia y la sentencia fue clara: a Juan Manuel le comunicaron el 4 de abril que tenía derecho y opción a una indemnización o a la reincorporación inmediata a su empresa.
“No quería dinero. Quería ir a por todas, quería volver a trabajar y tener una vida digna. Con esta sentencia se ha hecho justicia”, ha explicado Juan Manuel.
Este juicio, como tantos otros, estaba atascado, pero gracias al refuerzo en los juzgados se ha podido acelerar: “He tenido suerte con el refuerzo, sino me hubiese pegado varios años en el paro a la espera de la celebración del juicio y, con 57 años, es muy complicado todo”, ha enfatizado el trabajador.
Como ha destacado el propio Juan Manuel, la clave ha sido el asesoramiento y el acompañamiento del sindicato durante todo el proceso judicial: “Han sido unos meses muy complicados. Me han machacado psicológicamente. El Ayuntamiento de Sevilla debe saber lo que ha pasado y que tiene contratada a una empresa de mantenimiento que despide a delegados sindicales por el único motivo de serlo. En la empresa hay miedo. Nadie dice nada por miedo a despidos, pero gracias a CCOO, todo se ha podido solucionar. No me han dejado de lado. Es un sindicato que siempre está junto a los trabajadores”.