Según han explicado a Efe fuentes próximas al caso, la denuncia la interpuso un trabajador para “vengarse” de M.O., encargado del centro y al que el Juzgado de Instrucción número 6 de Córdoba le imputa un delito de abusos sexuales y otro de maltrato habitual a los residentes, mientras que a F.G. sólo se le imputa uno de abusos sexuales.
Por otra parte, fuentes de la Asociación de Amigos de la Cruz Blanca –asociación benéfica e independiente de la congregación, que colabora en el centro atendiendo a los discapacitados– han reafirmado esta tesis asegurando a Efe que el “rencor” y la “envidia” son “uno de los pecados más grandes”, mientras que una cuidadora del centro también ha sostenido que el denunciante actuó por “venganza”.
“Confiamos en la Justicia, por lo que habrá que esperar a que se celebre el juicio, pero hay que recordar que el derecho de presunción de inocencia está recogido en la Constitución”, han indicado las fuentes, quienes han asegurado que el centro –que cuenta con 45 trabajadores– está funcionando con plena normalidad y atiende a 54 discapacitados.
Además de las imputaciones, el juzgado de Instrucción número 6 de Córdoba ha impuesto a los dos religiosos una orden de alejamiento del centro y se les ha prohibido mantener ningún tipo de comunicación con los residentes y trabajadores.
Fuentes del caso han indicado a Efe que la investigación sigue abierta y podría haber más imputados.