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Jesús Castilla demuestra que el mundo es de los valientes a costa de perder un premio

Cualquier artista no sólo está en su derecho sino que tiene el deber de explotar sus dones. Por él y por el público. Chapó por Jesús Castilla, artista

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Vaya por delante que la interpretación de la canción de Alejandro Sanz con la que se lanzó Jesús Castilla en la final de Talentos de Canal Sur tenía margen de mejora. El suficiente para no ganar. Amén de otras consideraciones que estimara el jurado en un concurso de este tipo.

Pero no olvidemos que el mundo es de los valientes y el cantaor de San Fernando arriesgó con una propuesta a contracorriente, difícil de ejecutar y que demostró los registros que tiene, algo que independientemente del premio o del gusto del público que dice de todo en las redes sociales, es más que meritorio.

Posiblemente debería de haberlo hecho con una canción original, pero habría que buscar esa canción que obligara al artista como obliga Y si fuera ella. Y eso es muy difícil. Posiblemente los nervios también jugaran en su contra -seguro- porque estaba en una final y sabía que caminaba sobre el alambre.

Quizá debió de optar por una canción que sin ser original, no estuviera compuesta para una persona determinada, como son las composiciones de Sanz que imponen su sello personal a cualquier versión que se le haga. Existe en el panorama musical multitud de canciones que cantaron decenas de artistas y que han dejado de tener dueños para tener intérpretes, todos en igualdad.

Pero Jesús Castilla, cerrándose la puerta a un nuevo éxito en la emisora autonómica posiblemente haya abierto un enorme ventanal en su futuro artístico. Se haya abierto a él mismo, mejor dicho.

Ha dado un paso de gigante y con mucho éxito -salvedades aparte- al proyectar su categoría como artista, sus registros y sus posibilidades y no sería el primero que se mueva en los dos mundos de la canción y el flamenco y en los dos camine con la autoridad de un cantaor, un artista que se ha hecho como se hacían los grandes del siglo pasado, con humildad detrás y con gallardía delante.

Cualquier artista no sólo está en su derecho sino que tiene el deber de explotar sus dones. Por él y por el público.

Chapó por Jesús Castilla, artista.

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