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Lo que queda del día

Se busca líder y estrategia

¿Estaría dispuesto cualquier partido de izquierdas a que el liderazgo de la provincia lo ejerciera alguien vinculado a algún partido de la derecha, o viceversa?

Publicado: 11/06/2022 ·
18:34
· Actualizado: 11/06/2022 · 18:47
  • El debate sobre la provincia de Cádiz -
Autor

Abraham Ceballos

Abraham Ceballos es director de Viva Jerez y coordinador de 7 Televisión Jerez. Periodista y crítico de cine

Lo que queda del día

Un repaso a 'los restos del día', todo aquello que nos pasa, nos seduce o nos afecta, de la política al fútbol, del cine a la música

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Cuando hace poco más de una década hubo quien comenzó a referirse al sector turístico como una “industria” pujante en la provincia de Cádiz, también hubo quien criticó la equiparación, como si la única “industria” posible fuese la naval, la aeronáutica o la metalúrgica, o como si hubiera que dar por sentado que industria es sinónimo de “fábrica”, al mismo tiempo que la chirigota de Los guiris retrataba la decadencia de parte de esa industria de primera división: “Los vascos son vascos de Euskadi, y en Cádiz no hay vascos para construir”.

El turismo, incluso entendido entonces como actividad económica reducida al alojamiento y a la restauración, tardó poco en convertirse en la tabla de salvación de buena parte del empleo destruido en el sector de la construcción tras la crisis de 2008 y en ir desplegando sus negocios, actividades y ofertas hasta ganarse el respeto a ser aceptado como “industria” -una de las más importantes- y de haber generado una marca de calidad ligada al nombre de Cádiz y su provincia, como ponen de manifiesto las cifras récord de ocupación y el incremento de afiliados a la Seguridad Social en el sector servicios.

Tampoco ha de servir de consuelo. Lo que necesitamos es que el resto de industrias logren ejercer igualmente un papel más protagonista para contribuir a la generación de empleo, y que quienes lo estén logrando lo comuniquen, que no nos quedemos en los titulares sobre la carga de trabajo en Navantia, o sobre los traslados de Airbus y Holcim, que no persistamos en ese negativismo impenitente que impide que asociemos el éxito de nuestros referentes empresariales y económicos, que los hay -empezando por el puerto de Algeciras y el sector del vino- a una provincia que parece haberse acomodado a esa imagen de portada de revista de viajes, como si nos fuese suficiente con presumir de atunes en el paraíso.  

En este sentido, lo más importante del sector turístico no es que se haya convertido en una industria, sino que ha mostrado el camino a la hora de saber aprovechar las potencialidades de la provincia y convertirlas en oportunidades. Lo solemos tener presente cada vez que vamos a cualquier punto de la costa, de nuestro litoral, pero ocurre lo mismo tierra adentro. Paseen por la Sierra de Cádiz y compárenla con la de hace veinte o treinta años, que es como comparar un episodio del NODO con un branded content, o el black trinitron con un 4K.

Sobre éstas y otras cuestiones hemos tenido la oportunidad de profundizar esta semana con motivo de la grabación del especial Publicaciones 7.0 de 7 TV en el auditorio de la Fundación Cajasol, con la participación del presidente de la CEC, Javier Sánchez Rojas, y de cuatro periodistas gaditanos que desarrollan su trabajo fuera de la provincia, Antonio Yélamo, Antonio Hernández Rodicio, Patricia Godino y Jorge Bezares, además de Juan José Téllez.

Es cierto que en este tipo de debates hay una cuestión que no admite discusión: la detección del problema. Somos expertos en elaborar tesis sobre las causas que sitúan una y otra vez a Cádiz como una de las provincias con más paro de España, desde la falta de empresas hasta su nula influencia política tanto en Sevilla como en Madrid, desde los criterios erráticos en inversión pública hasta la ausencia de cierto sentido de pertenencia a un mismo territorio.

Pero -y de ahí la importancia de contar con la visión de cómo se ve Cádiz desde fuera-, ¿dónde pueden encontrarse las soluciones? En el debate se apuntó a dos cuestiones principales: el ejercicio de un liderazgo único y el diseño de una estrategia global y común. Una ecuación en la que lo más importante no es la estrategia, sino el liderazgo. Y para despejarla hay que espantar antes el mismo “aldeanismo” contra el que venimos luchando durante demasiados años para “hacer provincia”. Un aldeanismo que, en este caso, no es localista, sino político. ¿Estaría dispuesto cualquier partido de izquierdas a que ese liderazgo lo ejerciera alguien vinculado a algún partido de la derecha, o viceversa? ¿Es posible el consenso? El día que lo sea, habremos avanzado en lo que no deja de ser un objetivo común: resolver todo en lo que hemos fallado hasta ahora.

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