La segunda semifinal del COAC en la modalidad de infantiles comenzó con los dos primeros premios de la edición de 2020. Los integrantes de la chirigota Los saltamontes saltarines de las cordilleras del aculaero llegaron directos desde La Caleta para emocionar y hacer reír al público.
En su segundo pasodoble quisieron homenajear a “su guerrera valiente”, su madre, que va cada día a trabajar al hospital. En la tanda de cuplés quisieron agradecer al ayuntamiento el cambio de fecha del Carnaval porque así su madre tenía más tiempo para olvidar los cates de Navidades. Un popurrí lleno de puntos De Cadi Cadi. Gran nivel de estos pequeños guerreros caleteros.
Le llegó el turno al cuarteto Mi que cuerpo, que con algún pequeño cambio en sus filas sigue manteniendo el grupo que iniciara su andadura con Los Harry Potera. Las tablas se les nota a esta pandilla cuartetera, con sus cambios de personajes y de vestuario con mucha tranquilidad.
Consiguieron mantener al teatro con la risa durante en todo momento y las carcajadas se sucedieron en la tanda de cuplés, donde saludaban al cura del Carmen que los seguía esperando para hacer la comunión, ya que habían eligido quedarse con lo importante, su pase en el concurso.
El tercer grupo de la tarde, tenía ya un premio, el de ser la agrupación infantil que llega desde más lejos en esta edición del COAC. Desde la Escuela del Carnaval de Córdoba llegaba Cómo has tenido valor, recordando en su repertorio las experiencias que vivieron los jóvenes y las niñas y niños durante el confinamiento de la primavera de 2020.
El primero de sus pasodobles fue un canto de defensa a los jóvenes que han sido los más criticados por sus actuaciones y recordaban que todos habían sido jóvenes alguna vez y habían hecho locuras. En su popurrí aprovecharon para recordar que el acoso escolar es un problema que no se ha acabado y que hay que denunciar.
Gran mérito el de estas chirigoteras y chirigoteros cordobeses que han dejado su mayo cordobés para venir a participar a nuestro Concurso de Carnaval.
Le tocó el turno a la chirigota barbateña Dando la nota, estos violinistas llegaron para recordarnos en su segundo pasodoble que por muchas cosas materiales que les den lo que quieren es una tarde para que sus padres jueguen y estén con ellos, en vez de tener que ir a tantas actividades extraescolares.
Buena tanda de cuplés y un popurrí alegre y pegadizo que hizo las delicias de los presentes. Una chirigota que destaca por su dulzura de voces y su alegría en escena.
El difícil papel de cerrar sesión y fase le tocó a la chirigota isleña Los desollaos, que llevan en cada rodilla un postillón y mucha mercromina, vienen llenos de tiritas pero entregados.
En el primero de sus pasodobles le cantan a su abuelo con el que siempre han compartido la afición del Carnaval y sus tipos sobre la batea de su coro. El segundo de los cuplés sobre el uso abusivo que han hecho del gel hidroalcohólico y el problema que tuvieron para hacerse el dni porque no les quedaban ni huellas dáctilares.
Una chirigota que consiguió que su repertorio pasara rapidísimo.
Una sesión de gran calidad de nuevo, la cantera tiene el futuro garantizado con estos grupos, que aunque sean pequeños en edad son ya grandes defensores del Carnaval.
A destacar es que, pese a los nervios por conocer a los finalistas del concurso, todos coincidían en que lo mejor había sido volver a pisar las tablas y cantar con sus amigas y amigos.
