El concejal de Medio Ambiente, Joaquín Villazón; y el concejal de Sanidad, Juan Carrillo, junto a la coordinadora de las delegaciones de Medio Ambiente y Sanidad, Belén Muñoz, han presentado esta mañana una campaña de conservación de aves insectívoras, realizada por el Ayuntamiento en colaboración con la empresa East West, que se encarga de la recogida selectiva de aceites y ropa usados.
“El objetivo de esta iniciativa es concienciar sobre la conservación de estas aves migratorias, como son la golondrina (hirundo rústica), el avión común (delichum urbicum) y en especial el vencejo común (apus apus)”, ha destacado el concejal de Medio Ambiente.
“Cada primavera, esta especie hace su aparición en la localidad, enriqueciendo nuestro medio ambiente y anidando en las fachadas, tejados de viviendas y otros edificios”, ha recordado Villazón.
“La campaña municipal viene a reforzar la realizada por la asociación Ecologistas en Acción denominada “Las tres mosquiteras”, cuyo objetivo es llamar la atención sobre los beneficios que estas aves tienen para el medio natural y los humanos, ya que se alimentan de insectos y por tanto suponen una forma natural de control de plagas y de enfermedades trasmitidas por mosquitos”, ha matizado Belén Muñoz.
Los vencejos capturan mosquitos durante el vuelo y pueden almacenar hasta 1.000 ejemplares en el buche. Una cría de vencejo común come una media de 18.000 mosquitos al día. Sin embargo, estas colonias de aves se encuentran actualmente en peligro por la falta de alimento, de lugares adecuados donde construir sus nidos en los edificios modernos y por el uso de insecticidas. También el cambio climático que afecta a sus ciclos migratorios y la posibilidad de encontrar agua.
“La Delegación municipal de Sanidad y Medio Ambiente impulsa esta campaña a través de varias acciones, como la colocación de cajas nido para facilitar el anidamiento en edificios públicos como bibliotecas y centros educativos”, ha detallado Juan Carrillo.
En este sentido, el Ayuntamiento de Benalmádena publicará un Bando Municipal en el que reitera todos los beneficios para la salud que conlleva proteger a estas especies, además, recuerda que la destrucción y eliminación de sus nidos está sancionada por la Ley de Flora y Fauna silvestre de Andalucía, con multas que van desde los 600 a los 60.000 euros.
“Se invita comunidades de vecinos o viviendas particulares para que instales este tipo de cajas o faciliten en sus edificios el anidamiento”, ha apuntado Carrillo. “Si alguna persona encuentra un vencejo joven que haya caído de un nido, puede ponerse en contacto con el CREA de Málaga (Centro de recuperación de especies amenazadas), o con el Departamento de Medioambiente del Ayuntamiento, para su recogida”, ha recordado el concejal.
El vencejo común, la golondrina común y el avión común son tres especies de aves urbanas insectívoras cuyas poblaciones se encuentran en claro declive. La destrucción de sus hábitats de nidificación y el uso de plaguicidas son las principales amenazas a las que se enfrentan estas tres especies migratorias, pese a que son claras aliadas del hombre.
Los nidos suelen localizarse en lugares elevados de edificios altos o iglesias desde donde los vencejos se dejan caer para poder despegar. Cada nido es ocupado por la misma pareja año a año y defendido de otras. Los vencejos comunes normalmente ponen dos o tres huevos en un intervalo de dos o tres días. La incubación dura entre 19 y 20 días tras los cuales nacen los pollos que son alimentados por ambos progenitores. A las dos o tres semanas los pequeños vencejos comienzan a ejercitar sus alas, y si todo sale bien, en seis semanas estarán listos para abandonar el nido y emprender su primer viaje al sur de África, donde pasarán el invierno.
Las tres especies están incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), por lo que la eliminación de zonas de cría y la destrucción de nidos son delitos que se registran a menudo, porque aviones, golondrinas y vencejos ubican sus nidos en edificios, las dos primeras de forma muy visible, lo que es visto por algunas personas como un problema para la “estética” y la “limpieza”.
Su capacidad depredadora contribuye a reducir las poblaciones de insectos vectores de enfermedades infecciosas que afectan al ser humano.
“La supervivencia de vencejos, golondrinas y aviones va a necesitar de un esfuerzo importante por parte de las administraciones públicas municipales y un compromiso claro con este objetivo”, ha concluido Villazón.