Rusia conmemora hoy el Día de la Victoria, la celebración de la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi el 9 de mayo de 1945 en la Segunda Guerra Mundial. En ocasiones como esta, Moscú hace desfilar por la Plaza Roja a lo mejor de sus Fuerzas Armadas. Este 9 de mayo es especial, ya que, desde hace un mes, todas las miradas de quienes observan cómo discurre la guerra en Ucrania, estaban dirigidas a lo que pudiera ordenar hoy el presidente ruso Vladímir Putin.
Jorge Mestre, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea de Valencia, ha trasladado en Noticias 8 Mediterráneo que cree que el discurso ha sido “bastante descafeinado”, respecto a las expectativas que se habían fijado. Según Mestre, esto obedece a que “hasta hace un periodo corto de tiempo, el Kremlin tenía sobre la mesa una hoja de ruta a la que se podía haber llegado en un día como hoy, pero como no se han cumplido ninguna de las expectativas, lo único que hemos visto es un discurso el del presidente ruso que lo único que ha hecho ha sido reafirmarse en los mismos argumentos, que podemos decir que son completamente infundados, peregrinos y de auténtica maquinaria propagandística para justificarse ante su ciudadanía”.
El profesor de Relaciones Internacionales ha explicado que lo que ha dicho el presidente ruso en su discurso es que “esta operación especial, ellos no le llaman guerra todavía, se justifica por el carácter neonazi de las autoridades ucranianas, por ese proceso que dicen que había de expansión de la OTAN hacia sus propias fronteras con Rusia o porque se estaba preparando un ataque de Ucrania con occidente para recuperar Crimea”. No obstante, Mestre ha recalcado que no existen evidencias de nada de ello, y, por tanto, se trata de “pura propaganda del Kremlin”.
“Hay una parte importante en el mundo que cree que esta invasión estaba justificada. Luego hay otra gran parte que consideramos que es una invasión ilegítima, desproporcionada y completamente injusta”, ha manifestado el profesor.
Mestre cree que “las pretensiones del gobierno ruso sobre el territorio ucraniano no van a ser tan ambiciosas como podían haber sido en un primer momento desde el punto de vista tanto político, como militar o de anexión territorial”. Además, ha señalado que “no hay que olvidar que, sobre el terreno, Rusia tiene un 30% menos de efectivos de los que tenía en el inicio de la invasión a finales de febrero” y ha recordado que “con ese 30% menos tiene que terminar de realizar sus labores actuales”.
En este sentido, el profesor de Relaciones Internacionales piensa que esto va a quedar en que posiblemente Mariúpol sea “ese punto de unión” entre Donbas y Crimea y, por tanto, cree que “Mariúpol y lo que se pueda conseguir en estos momentos de Donbas sea ahora mismo las pretensiones en el corto plazo”, aunque ha especificado que “eso no significa que en el largo plazo estas operaciones se intensifiquen, porque desde mi punto de vista como conocedor de terreno, creo que el objetivo de Putin es llegar hasta Moldavia”.
En definitiva, Mestre opina que “la batalla del relato la tienen ya ganada y la moral también”. “Ucrania está consiguiendo muchísimas victorias, más de carácter simbólico que de carácter real. Los ucranianos son muchos menos efectivos y con tan pocos efectivos están haciendo una gran labor de respuesta a la ofensiva rusa”, ha afirmado el profesor.