El promotor algecireño Javier Ortega ha remitido un informe a las autoridades eclesiásticas para solicitar la recuperación de la antigua sede episcopal de Algeciras. En concreto, ha remitido dicha solicitud al nuncio del Papa, Bernardito Auza, y al presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Juan José Omella.
En su escrito, Ortega explica que, aunque la ciudad depende, “en el plano eclesial”, del Obispado de la Diócesis de Cádiz-Ceuta, “hubo una época en la que la ciudad fue independiente de la capital, bajo la titularidad de un mismo obispo. Así se refleja en documentos como el edicto que firmó, en 1755, el obispo de la Diócesis de Cádiz y Algeciras, Fray Thomás del Valle, con motivo del maremoto que asoló la primera de estas poblaciones. Algeciras perdió posteriormente esta condición pero, al haber existido como diócesis, tuvo obispos que ejercían también como auxiliares”.
Además, el informe señala que, “como se refleja en las hemerotecas, durante el mandato de monseñor Zornoza [Javier Zornoza, actual obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta] se han producido numerosos desencuentros entre el Palacio Episcopal y parte del clero, afectando también a las relaciones con otras instituciones”.
El hecho de que el Campo de Gibraltar cuente con más de 300.000 habitantes, según detalla el documento, y que Algeciras esté situada a 122 kilómetros de la capital gaditana “haya supuesto históricamente una brecha no tan solo física, sino también en el sentimiento de pertenencia de los algecireños y los campogibraltareños a esta unidad geográfica y administrativa”.
Ese sentimiento, recuerda Ortega, “llevó a finales de los años 80 y parte de la década de los 90 del siglo pasado a la creación de un movimiento social que reclamó la conversión de la comarca del Campo de Gibraltar en la novena provincia de Andalucía”.
El documento argumenta también que la Iglesia Mayor Parroquial de la ciudad, la de Nuestra Señora de la Palma, se encuentra “preparada para acoger la Sagrada Cátedra Obispal en el momento en el que Su Santidad el Papa decidiese nombrar de forma efectiva al obispo de Algeciras, actualmente y como ya se ha reseñado, cargo absolutamente honorífico, vacío de contenido y que recae sobre monseñores que ejercen su labor pastoral a cientos de kilómetros de distancia de esta tierra, sin tener el más mínimo conocimiento de la realidad social, humana y religiosa de esta zona”.
Recuerda Ortega que “en febrero del corriente año, Cristóbal Déniz Hernández fue nombrado obispo titular de Algeciras, un nombramiento con carácter simbólico u honorífico puesto que Algeciras carece de Diócesis y de jurisdicción. Déniz es obispo auxiliar de las Islas Canarias y es nombrado ahora obispo de una diócesis que llevaba vacante desde 2008 tras el fallecimiento de Joan Carreras Planas, coadjutor de la Archidiócesis de Barcelona”.
“Ninguno de los nombrados ha pisado nunca esta tierra, ya que de hacerlo tomaría posesión efectiva de la Diócesis y Algeciras quedaría separada automáticamente de la de Cádiz y Ceuta, pero en buena parte de la sociedad de esta ciudad se entiende que por encima de tradiciones y mitos, ha de estar el día a día de la realidad de una tierra que necesita comprobar con hechos que es posible establecer nuevos mecanismos que hagan funcionar los sistemas, como en este caso, el episcopal”.
“Cada vez son más las voces que reclaman una identidad episcopal propia para Algeciras, que sirva para tender puentes y limar unas asperezas que se producen, de manera indeseada, con relativa frecuencia. No se puede olvidar que a veinte kilómetros de distancia se encuentra la colonia británica de Gibraltar, que cuenta con un obispo, monseñor Carmel Zammit, y que tan solo a catorce kilómetros por mar se encuentra la ciudad marroquí de Tánger. Falta uno de los lados del triángulo para establecer los mecanismos necesarios que permitan reforzar las estrategias que fortalezcan las bases de la Iglesia Católica en nuestra área de influencia, y eso se conseguiría con el nombramiento real del obispo de Algeciras y el establecimiento de una nueva diócesis”, insiste.
Alega el informe que “respaldo social lo hay; económico, también, y tras haber mantenido contactos con distintos estamentos oficiales, puede decirse con claridad que esta decisión sería bien vista desde lo público, recalcando en todo momento que no se trata de crear un cisma en el seno de la estructura diocesana, sino todo lo contrario: reforzarla y garantizar que Algeciras, y por ende el territorio que le correspondiese como Diócesis, seguiría siendo un baluarte para la Santa Madre Iglesia, al tiempo que se haría justicia con una tierra eminentemente Mariana, que defiende su Fe, sus tradiciones más sentidas y profundas, pero que necesita el respaldo y el aliento de quienes han de ser sus pastores”.
Ortega fue también promotor de la propuesta para que un fragmento de la canción Entre dos aguas, de Paco de Lucía, sonase en el campanario de la iglesia de la Palma, idea que fue rechazada por el Obispado de Cádiz y Ceuta y que se llevó a cabo finalmente en reloj del Ayuntamiento de la ciudad.