En los últimos dos años, la tasa de estrés y ansiedad se han visto disparadas a causa de la pandemia y los problemas mentales que muchas personas en nuestra sociedad siguen acarreando. El trabajo, el día a día… sacar adelante toda la carga que llevamos en nuestros hombros es una tarea complicada de canalizar a nivel mental, por lo que acaban surgiendo iniciativas como la que ha creado Jerez Escape Room (Calle Mauritania 10 nave 1 dentro del Centro de Empresas Andana).
La Sala de la Furia es la nueva apuesta de esta sala de escape pionera en la provincia, que nace como una espacio para desahogarse. “Cuando llegamos a casa harto de trabajar, cansados… con quien solemos pagarlo es con la familia, lo pagamos con los más cercanos. Lo mejor es que llegados a este punto, en vez de pagarlo con la familia, se vengan a desestresarse aquí”, explicada la encargada de este proyecto, Eva María Odero. Eso sí, como recalca, no solo se trata de una sala para liberarse del estrés cotidiano, sino que también puede hacerse por pura diversión.
Todo surgió sobre la marcha cuando iniciaron unas obras tras la primera parte de la pandemia. La idea inicial, detalla, era “hacer dos salas de escape, seguir tal y como estábamos antes, pero cuando estábamos en plena obra decidimos continuar con un juego y más adelante crear otra sala. Teníamos muchas ideas en la cabeza y de broma, durante la obra dijimos que te daban ganas de coger la pared y partirla, y así surgió esta idea que salió para desestresarse y desfogarse”. Ahora llega la hora de comprobar cómo la recibe el público, pues están en plena inauguración. ¿Cómo funciona?”Suelen entrar una o dos personas porque cuando vas a pegar golpes, cuantas menos personas mejor”.
No obstante, se trata de una sala amplia y “nosotros les damos toda la protección; la visera, guantes, mono… incluida la maza, por supuesto. Más adelante esperamos incluir bates de béisbol, pero son muy complicados de conseguir, sobre todo porque necesitamos un bate duro”. En la Sala de la Furia nos encontraremos diferentes objetos para poder romper, entre los que nos encontraremos “desde objetos pequeños como vasos o platos… hasta objetos grandes como un televisor, una pantalla de ordenador… van por rango, a más objetos para partir y más grandes, mayor precio”, explica la encargada aludiendo a que se tratan de objetos a los que ya no se les puede dar una segunda vida, objetos que han dejado de funcionar para siempre. “Estos objetos los conseguimos buscando mucho o comprando cosas como es el caso de los vasos y platos. Algunos a veces incluso los regalan porque no saben donde tirarlos o alguna vecina nos lo da…”, apunta Odero.
Sobre la trayectoria de esta empresa de Escape Room que se encuentra en el Polígono Industrial El Portal, llevan cuatro años encargándose de ofrecer experiencias a través de salas de escape. Eva María Odero explica que durante este tiempo “han pasado por una pandemia, por varios locales e incluso por saber si podríamos abrir o no… y ahora llevamos un año con un proyecto nuevo que es una sala de 70 minutos, llena de enigmas”, sobre la cual relata que cuenta “la historia de Verantium, quien se quiere fugar y hay que ayudarle a salir; eso sí, ¿por qué se quiere fugar y de dónde? Para eso hay que venir aquí”. Un modelo de negocio que ellos mismo se encargaron de traer a la provincia en la que llevan ya varios años a pesar de unos inicios duros. “Ahora se conoce algo más pero cuando empezamos al principio, se conocía muy poco, casi nadie lo conocía y te llamaban preguntando si vendías escapes de coche y demás… no había la más mínima idea”, recuerda Odero, que resalta cómo se ha consolidado esta oferta de ocio en los últimos años. “La misma gente con el boca a boca lo difundía y por supuesto en las redes sociales. Cuando empezamos, por la zona no había nada y ahora en la provincia sí que hay mucha oferta”.
A decir verdad, las salas de escape son un estilo de turismo poco conocido, pero ciertamente existen muchos grupos de amigos que basan sus visitas en las Escape Room de los alrededores e incluso se trazan rutas para visitarlas todas. Esta actividad puede convertirse en una pasión. Y a las pruebas nos remitimos. “Para este verano tenemos una reserva de un grupo que tiene 700 salas hechas en su trayectoria, por lo que este tipo de grupos, mueven muchísimo, hacen turismo en base a eso, van haciendo rutas de salas de escape, llegando a las veinte por semana”.
El perfil de estos visitantes, suelen ser “sobre todo personas de fuera y casi que no conocen la ciudad a la que vienen.Hay gente que ha venido a Jerez sin saber sobre la ciudad y se ha quedado aquí haciendo turismo, lo que es una ventaja”.
