Pradollano, mañana del 4 de febrero. En Sierra Nevada, escenario propicio para la épica, se han congregado algunos de los mejores especialistas de Snowrunning, o carrera sobre nieve. No en vano, en la estación granadina se disputa el campeonato del mundo de la especialidad, que en esta ocasión, estrena algunas pruebas nuevas, como el SkySnow Vertical, o kilómetro vertical sobre terreno nevado. Se trata de una prueba de especial dureza, en la que, a lo largo de 4,3 kilómetros de recorrido, ha de vencerse un desnivel cercano a un kilómetro. Atletas de quince países se miden en la competición. En la misma se encuentra inscrita Silvia Lara, la atleta del Club Sierra Sur de Jaén, que, sin partir con grandes expectativas, terminará haciendo historia al coronarse subcampeona del mundo. Esta es la historia de una proeza alcanzada a base de fe y sufrimiento. Entrevistamos a la gran campeona castillera.
Esa mañana, en Pradollano, según has reconocido no partías con demasiadas expectativas, ¿no es cierto? La verdad es que no. Mis expectativas eran únicamente disfrutar de la experiencia con la selección española, un auténtico lujo, y ver qué tal se daba el primer vertical que se iba a hacer en nieve, además cómo Campeonato del Mundo y en Sierra Nevada. No pude entrenar muy bien debido a unas molestias en una rodilla y fui con muchas dudas, aunque en las dos semanas previas ya noté que para arriba no me dolía y podría, al menos, defenderme.
Se trata de una prueba durísima, con un desnivel cercano al kilómetro en un recorrido de algo más de cuatro. ¿En qué momento te ves con opciones de luchar por la victoria? Como me pasa siempre que corro en Sierra Nevada, en la salida me quedo de las últimas. Ponen un ritmo fortísimo desde el principio que no puedo seguir. Pero allí las cosas son diferentes, ya que la altitud juega un papel clave a la hora del rendimiento. Así que al principio no me vi con ninguna opción de hacer buen puesto, pero a medida que íbamos ascendiendo, iba adelantando corredoras hasta que me coloqué junto a mi compañera Virginia, fortísima. Una vez con ella vi que había pocas chicas delante y decidí seguir mi ritmo. A mitad de la carrera iba segunda, la primera me llevaba ventaja, pero fui recortando. Ahí pensé que podría darle caza. Fue en la última rampa, con una mala estrategia por mi parte, donde me coloqué a su lado, y ella, más fuerte, aceleró consiguiendo sacarme 14 segundos. Lo tuve muy cerquita, ¡pero de todo se aprende!
Aunque inicialmente la alemana Annika Seefeld había tomado el liderato, la última parte de la carrera se convierte en una lucha entre la sueca Lina El Kott y tú. ¿Qué se te pasa por la cabeza en ese tramo en que vas líder y acaricias el campeonato del mundo? Pues no pensé, porque si llego a ser más racional, hubiese esperado detrás hasta el último momento para intentar pasarla. Ahí solo tenía en la cabeza seguir subiendo, subir tanto cómo pudiese sin apenas fuerza ya.
En la última rampa, la sueca, sin embargo, aprovecha el impulso de sus bastones y toma una ventaja que le terminaría sirviendo para lograr el oro. Entras a tan solo 14 segundos de ella, en una verdadera proeza de sufrimiento y competitividad que queda plasmada en las imágenes de la prueba. A mucha distancia entran Silvia Pérez y la portuguesa Joana Soares. ¿Qué factores marcaron esa pequeña diferencia en una carrera tan dura? En los verticales los tiempos entre competidores son muy pequeños. Es como una contrarreloj. La diferencia de la ganadora respecto a mi fue en los últimos 50 metros, donde ya me dejé llevar. Aminoré porque vi que no lo conseguiría. Respecto a las chicas que venían detrás, la verdad que no tenía referencias de sus tiempos. Hice mi carrera, a mi ritmo, desde el principio.
Wolfgang Gullich decía que en la montaña el cerebro es el músculo más importante, ¿cómo te motivas cuando tu cabeza y tu cuerpo te dicen basta? En muchos momentos podemos sentir eso. Pero es cuestión de buscar el equilibrio y pensar que nadie me ha obligado a hacer lo que hago, me gusta entrenar, me gusta competir, me entreno para ello y disfruto.
¿Tenemos que preocuparnos por tu rodilla o hay Silvia Lara para rato? Bueno, sigo con las molestias a día de hoy. Ya menos que cuando empecé con ellas el 6 de enero y me tuvieron parada sin poder correr dos semanas. Luego probé a hacer subidas y ahí no me dolía, así que me entrené así para poder participar en el mundial. Ahora a ver cómo evoluciono. Ojalá que bien. Pero sea como sea, si no puedo correr, andaré, haré bici, gimnasio, ¡pero parada…nunca!
Nos gustaría pensar que toda esta épica que estás escribiendo está sirviendo para cambiar cosas y dar más visibilidad a este bello deporte, ¿es así? A mí también me gustaría pensarlo, pero de lo que me he dado cuenta es que más que los resultados que obtengas, la visibilidad hoy día depende de cómo te muevas en las redes sociales. No eres nadie si no tienes X seguidores, nadie te apoya, y así van las cosas. Pero, por suerte, no hago deporte por dinero ni por reconocimiento, ya que me encanta pasar desapercibida. Ya me siento muy orgullosa y enormemente agradecida por detalles como el mensaje de una niña diciendo que ha hecho un trabajo sobre mi; la entrevista que me hicieron los alumnos de Primaria del colegio de mi pueblo, Castillo, hace ya un año; cuando me otorgaron la Cereza de Oro, o que le hayan puesto mi nombre a la primera carrera de trail que se hará allí. Estas cosas hacen, al menos a nivel local, que se visibilice el deporte femenino y si sirve para que alguna mujer, algún niño o niña se motive y siga estos pasos de vida activa, me considero más que satisfecha.
