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La Iglesia reivindica la torre de la Palma

Los recursos de los fieles y de los obispos entre 1720 y 1829 fueron fundamentales para la ejecución de una obra compleja

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  • La Plaza Alta, con la torre de la iglesia de la Palma sobresaliendo. -

El debate de la propuesta de inmatriculación de la icónica torre de la iglesia de La Palma presentada por PSOE, Vox y Adelante en el Pleno municipal de Algeciras acabó en una monumental bronca tras la participación del párroco, Juan José Marina, acusando a los representantes políticos de tener “inquina” contra la institución y de aceptar que “todo vale por un voto”.

La presentación a última hora de documentación registral con la casa parroquial y la iglesia como bienes inscritos, que incluiría la torre, no rebajó los ánimos ni persuadió a los concejales que suscribieron la iniciativa, a instancia de Asociación de Emprendedores del Patrimonio Algecireño (AEPA) a retirarla.

Finalmente no fue aprobada, gracias a los votos del PP y el concejal no adscrito, dando por buena la nota del registro, prueba irrefutable para el párroco.

Pero no es el único argumento que manejan las autoridades eclesiásticas, que, en primer lugar, remiten al anexo del expediente de incoación para la inscripción específica de la iglesia mayor en el catálogo general del Patrimonio Histórico Andaluz por parte del Servicio de Protección de Patrimonio Histórico de la Junta, en 1992, que, al describir el inmueble, lo hace como un conjunto que incluye todos los elementos de la iglesia.

Asimismo, niegan que la Junta de Andalucía describiera la torre de forma separada al edificio de la iglesia cuando otroga al conjunto la declaración de Bien de Interés Cultural. Efectivamente, el decreto 156/2018 de la Consejería de Cultura, publicado en el número 150 del Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) del 3 de agosto de 2018, indica en el apartado III Descripción del bien: “El edificio participa de la estética tardobarroca, aunque sus muros presentan influencias coloniales y populares que le otorgan una indudable riqueza acrecentada con los sobrios aires neoclásicos de su poderosa torre campanario”.

Además de otras dos referencias en este apartado, hay una más en el segundo, con una breve introducción histórica, que hace referencia a la consagración del templo en 1829 y expresando el valor simbólico de la torre como parte del edificio: “La fachada principal, de sencilla y agradable organización, se caracteriza por la fuerte presencia de la torre que termina por constituirse en el símbolo y la imagen más importante del edificio”.

La importancia de la iglesia de La Palma en la historia de Algeciras desde el siglo XVII es muy valiosa. En 1720, el Obispado de Cádiz dio 1.000 reales para el comienzo de la obra, que estuvieron paralizadas por discrepancias urbanísticas con Verboon, que proponía un diseño de la Plaza Alta con un eje que no correspondía con el proyecto iniciado. Finalmente, los trabajos se retomaron hasta su finalización en 1738, gracias a las limosnas de los fieles y los recursos aportados por el obispo Lorenzo Armengual de la Mota.

A finales del siglo XVIII se añaden dos naves más y es en estas fechas, entre 1790 y 1793, cuando se inicia la construcción de la torre campanario que ocupa los pies de una de las dos nuevas naves, simétrica a la Capilla Bautismal. La dificultad técnica de su ejecución, la compleja financiación y la crisis de las guerras napoleónicas retrasan su finalización a 1829. La torre que sirve de campanario, donde está el reloj de la ciudad, fue hecha posteriormente, siendo costeada por limosnas. En ese mismo año, el obispo de Cádiz y Algeciras Domingo Silos Moreno procedió a la consagración del conjunto religioso.

Críticas de la oposición
El grupo municipal de Adelante Algeciras ha lamentado, en un comunicado, el “tono empleado por el párroco de la iglesia de la Palma, Juan José Marina, durante su intervención en el pleno del pasado viernes, en el que arremetió agriamente contra los concejales presentes por apoyar la moción”.

“Ha sido una intervención deplorable por su falta de veracidad y su violencia verbal, ante un asunto meramente patrimonial que, como en muchas otras ciudades de España, viene a dar la titularidad de los bienes a sus legítimos propietarios, sin perjuicio del uso y disfrute de la ciudadanía”, señala la coordinadora local del grupo municipal de Adelante Algeciras, Ana Ortiz. Además, critica la “la postura pasiva del alcalde, José Ignacio Landaluce, durante la intervención del párroco” en la sesión plenaria del viernes.

En esa misma línea se expresó en los canales en redes sociales del PSOE de Algeciras su viceportavoz, Fernando Silva, que explica que “no buscamos ningún tipo de confrontación con la Iglesia, pues la relación con ella está muy clara. Nosotros lo que queremos es que se considere la defensa del cuidado de nuestro patrimonio en el futuro”.

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